EL LUDOPATA

Apataki de Okanran-Ejiogbe

Pataki
Había una vez un hombre que le gustaba jugar, el tenia mucho dinero, y un día salió a la ciudad a jugar, y después de haber jugado lo perdió todo.
Viéndose en esa situación, se sentó frente a una casa, y allí le salió un anciano que viéndolo pensativo le pregunto lo que a el le pasaba, por lo cual él le contó que ni techo tenia para vivir.
El Anciano le dijo que si quería trabajar con él, ya que tenia que terminar su casa que estaba a medio por construir, a lo cual el hombre le dijo que si, y el se fue a vivir con el viejito.
Al pasar de los meses, se termino la construcción de la casa, y el hombre le dijo al viejito que el ya tenia que marcharse.
El viejito lo abrazo y le dijo que no se olvidara de los 3 consejos que él le había dado y el hombre le dijo que él lo iba a tener presente.
Aquel señor salió a caminar sin un rumbo determinado, y al pasar varias horas caminado se encontró en un cruce un castillo y el hombre sediento como estaba se decidió a tocar ante sus puertas.
Cuando toco a las puertas le salió un anciano a recibirlo, el cual le dijo que pasara, cuando el hombre entro vio en el medio del patio a una muchacha amarrada a un poste, el nada dijo de eso y le pidió agua al viejo, el viejo le dijo fíjate que mujer mas linda tengo allí, si la quisieras te la regalo, a lo que el hombre le contesto que lo único que le interesaba era tomar agua y seguir su camino, y que si el la tenia amarrada por algún motivo seria.
El viejito le dijo que fuera con el que le iba a enseñar un pozo, y el hombre le contesto que el no quería ver nada, a lo que el hombre le dijo bueno, ya que no quieres ver el pozo, ven que te voy a enseñar el castillo, para que veas lo lindo y grande que es, al lo que el hombre le dijo que el solamente había ido por agua, pero si no se la quería dar pues el seguiría su camino.
El viejito al oír esto, le dijo así: Yo soy el viejito que una vez tu trabajaste conmigo, yo quería probarte para ver si los consejos que te había dado tú lo ibas a seguir, y ya veo que así tú lo has hecho, por lo tanto te diré que yo soy un Rey, y andaba disfrazado, buscando un hombre al cual dejarle la custodia de mi hija y mis bienes, como veo que tu eres el hombre ideal para esto toma a mi hija por esposa, y quédate a vivir en mi castillo hasta que yo muera, en donde todas mis posesiones y bienes pasaran a tus manos.